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🌼 sábado 27 abril 2024
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Nochebuena

Esta noche es Nochebuena y mañana Navidad, como dice un villancico popular. Ana se está duchando; escucho el chorro fluir en el baño e imagino al agua recorriendo sus pechos o su espalda y me relamo.

A Saturno le noto inquieto, se me acerca perezoso, no le gusta salir a la calle cuando anochece, no sé quién de los dos está más viejo. Nos vamos a cenar a la casa de Carmen, mi suegra, que vive en una de esas casas antiguas en una calle empinada camino del cerro del castillo. Siempre monta para Navidad su viejo pesebre heredado de su abuela, con figuras de pastores y un ganado de ovejas blancas y mansas pastando cerca del portal. Carmen llena la casa de guirnaldas y espumillones; en todos los cuadros y los espejos de la casa lucen bolas y otros adornos navideños y le gusta reunir a la poca familia que le queda.

Han venido desde Granada mi hijastro y su novia. Él se pasará todo la noche protestando sobre la religiosidad de esta fiesta o sobre el exceso de consumo; no cesa ni siquiera en esta noche en su militancia cansina, sin tener en cuenta la ilusión de su abuela por tenernos a todos en la misma mesa.

El año pasado, Macarena nos cantó unos villancicos andaluces y amenizó la sobremesa con juegos de palabras y acertijos. Este año será parecido, y ahí reside la gracia, en repetir cada Nochebuena las mismas cosas y las mismas miradas y volver a escuchar a Carmen que quizá sea este su último año.

Alba, la gata más presumida del mundo, anda acicalándose como una princesa; a ella si que le gusta el jolgorio. Escucho el secador de pelo, Ana lucirá sus rizos brillantes y rubios, yo estoy pensando si ponerme corbata o el gorro de Papá Noel. Tengo enfriando dos botellas, una de sidra, que a Carmen le gusta mucho, y otra de champan francés. Víctor Manuel se encargará del vino, me temo que inventará alguna extravagancia como el año pasado que trajo un tinto ecológico con sabor a cerezas…

—Teo, ayúdame, por favor —me grita mi rubia. Entro en el dormitorio y la encuentro medio desnuda con dos vestidos sobre la cama y luciendo unos labios rojísimos…
—¿Cuál crees que me queda mejor? —A mí, se me nubla el entendimiento y admiro su belleza.
—Así en ropa interior estás divina.
—Tonto, ayúdame a elegir.
—El azul, sabes que me gusta mucho y te hace brillar más.

Ella se queda cantando y yo bajo las escaleras pensando que soy un afortunado y que esta noche es Nochebuena y mañana Navidad…


Relatos de Teo Carpena

Teo Carpena
Teo Carpena
Historias y leyendas de un hombre y su perro, que busca en los recuerdos su identidad. Teo Carpena emigró con su familia a Francia, después de la jubilación vuelve a Yecla y junto a varios amigos recompone su historia. Contacta conmigo en teocarpena@yahoo.es

Esta noche es Nochebuena y mañana Navidad, como dice un villancico popular. Ana se está duchando; escucho el chorro fluir en el baño e imagino al agua recorriendo sus pechos o su espalda y me relamo.

A Saturno le noto inquieto, se me acerca perezoso, no le gusta salir a la calle cuando anochece, no sé quién de los dos está más viejo. Nos vamos a cenar a la casa de Carmen, mi suegra, que vive en una de esas casas antiguas en una calle empinada camino del cerro del castillo. Siempre monta para Navidad su viejo pesebre heredado de su abuela, con figuras de pastores y un ganado de ovejas blancas y mansas pastando cerca del portal. Carmen llena la casa de guirnaldas y espumillones; en todos los cuadros y los espejos de la casa lucen bolas y otros adornos navideños y le gusta reunir a la poca familia que le queda.

Han venido desde Granada mi hijastro y su novia. Él se pasará todo la noche protestando sobre la religiosidad de esta fiesta o sobre el exceso de consumo; no cesa ni siquiera en esta noche en su militancia cansina, sin tener en cuenta la ilusión de su abuela por tenernos a todos en la misma mesa.

El año pasado, Macarena nos cantó unos villancicos andaluces y amenizó la sobremesa con juegos de palabras y acertijos. Este año será parecido, y ahí reside la gracia, en repetir cada Nochebuena las mismas cosas y las mismas miradas y volver a escuchar a Carmen que quizá sea este su último año.

Alba, la gata más presumida del mundo, anda acicalándose como una princesa; a ella si que le gusta el jolgorio. Escucho el secador de pelo, Ana lucirá sus rizos brillantes y rubios, yo estoy pensando si ponerme corbata o el gorro de Papá Noel. Tengo enfriando dos botellas, una de sidra, que a Carmen le gusta mucho, y otra de champan francés. Víctor Manuel se encargará del vino, me temo que inventará alguna extravagancia como el año pasado que trajo un tinto ecológico con sabor a cerezas…

—Teo, ayúdame, por favor —me grita mi rubia. Entro en el dormitorio y la encuentro medio desnuda con dos vestidos sobre la cama y luciendo unos labios rojísimos…
—¿Cuál crees que me queda mejor? —A mí, se me nubla el entendimiento y admiro su belleza.
—Así en ropa interior estás divina.
—Tonto, ayúdame a elegir.
—El azul, sabes que me gusta mucho y te hace brillar más.

Ella se queda cantando y yo bajo las escaleras pensando que soy un afortunado y que esta noche es Nochebuena y mañana Navidad…


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Historias y leyendas de un hombre y su perro, que busca en los recuerdos su identidad. Teo Carpena emigró con su familia a Francia, después de la jubilación vuelve a Yecla y junto a varios amigos recompone su historia. Contacta conmigo en teocarpena@yahoo.es
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