Sufrieron los músicos, sufrió el público y, si de teatro habláramos, podríamos decir que sufrió hasta el apuntador. El frío que vivimos el pasado domingo en Yecla fue de los que marcan la entrada del invierno por estos lares. Máximas de 9 grados, densas nubes y rachas de viento de hasta 50 kilómetros hora presagiaban que el esperado concierto de Santa Cecilia iba a ser de todo menos apacible.
Y así fue. De hecho, mucha gente decidió quedarse en casa a pesar de haber comprado entradas para disfrutar del concierto a través del canal de Youtube de la Asociación. La pregunta que todo el mundo se hacía era la misma: ¿Por qué no tiene una población como Yecla un auditorio en condiciones que pueda albergar este tipo de eventos con la seguridad necesaria? Ya no solo para la banda, sino para poder acoger espectáculos de mayor envergadura y que siempre se ven restringidos por las irrisorias medidas del escenario del Concha Segura.
Y quien dice un auditorio dice, por qué no, una plaza de toros cubierta o, al menos, un espacio multifuncional como la Feria del Mueble acondicionado para tal fin. Pero aunque se solicitó este recinto, no se pudo ceder a la banda porque se ha convertido en centro de vacunación. Aun así, esta reflexión será fruto de un próximo artículo.
Trece nuevos músicos entre 2020 y 2021
Ahora, nos centramos en el concierto. En primer lugar, mientras los músicos se frotaban las manos para entrar en calor, se presentó a los nuevos integrantes de 2020 y 2021, pues desde 2019 no había podido la banda celebrar el concierto más esperado del año. Los ocho nuevos músicos de 2020 y los cinco de 2021 recibieron un recuerdo por parte de la alcaldesa que asistió al concierto junto a varios miembros de la corporación municipal, en representación de todas las fuerzas políticas de la ciudad.
Tras esta presentación, comenzó el concierto con la Obertura Sinfónica de James Barnes. Apenas llevaban los músicos unos compases, cuando de pronto sonó un fuerte estruendo justo detrás de los clarinetes: decenas de sillas habían salido volando y casi golpean a los músicos de la última fila. Primer susto de la tarde.
Tras esta interpretación, llegó el turno de Extreme Beethoven, del compositor holandés Johan de Meij y que, como ya contamos hace unos días, hace un magnífico repaso por algunas de las composiciones más importantes de la trayectoria del músico alemán. Además, esta obra cuenta con ‘marching band’ incorporada, por lo que alrededor de diez músicos de la banda salieron a media obra para desfilar por las inmediaciones de la Plaza Mayor, volviéndose después a integrar de nuevo en el grupo.
Premio Santa Cecilia 2021
Una vez concluida la obra, se entregó el Premio Santa Cecilia 2021 a las Agrupaciones y Bandas de Cornetas y Tambores de la Semana Santa de Yecla por su labor musical y cultural. Recogió esta distinción Luis Azorín, presidente del Cabildo.
Francisco Muñoz, presidente de la Asociación de Amigos de la Música de Yecla, destacó la función de las nueve agrupaciones musicales y bandas de cornetas y tambores que «cada vez están más profesionalizadas y por tanto supone una riqueza sonora que da todavía más relieve a nuestra Semana Santa».
Asimismo, destacó cómo estas bandas van a poco a poco mejorando sus repertorios y también apostando por la formación reglada en la escuela de música.
Por su parte, Luis Azorín reconoció que era «un honor» recoger este galardón por tanto «esfuerzo y sacrificio». Mencionó a las nueve bandas para dar así las gracias de parte de todas ellas.
Por último, la alcaldesa Remedios Lajara hizo hincapié en la difícil situación que nos encontramos a causa del Covid-19. «Salir de esta pandemia tiene que ser conseguir la forma de vida que teníamos antes», afirma. Y dentro de esa vida esencial «está el arte y la música», de la que la Asociación de Amigos de Yecla es punta de lanza, como reconoció Remedios.
«Habéis sido un ejemplo con vuestra apuesta por mantener viva la música en Yecla en estos meses tan duros, logrando que no se acallara del todo», señaló. A su vez, reconoció que los músicos de la Semana Santa son muy dignos merecedores de este Premio Santa Cecilia por su esfuerzo y tesón.
El adiós de Pepe Cano
Por último, y antes de continuar con el concierto, Cecilia Ortuño, saxofonista y presentadora del acto, desveló que, a sus 87 años, Pepe Cano, miembro fundador de la Asociación de Amigos de la Música, Premio Santa Cecilia e Insignia de Oro de la Asociación, había decidido poner fin a su trayectoria musical tras más de 75 años tocando, primero al bombardino y actualmente al violonchelo.
El director Ángel Hernández pidió a un emocionado Pepe Cano que se pusiera en pie para recibir el cálido aplauso de sus compañeros y de todo el público, que no dudó en ponerse también en pie para despedir a este músico ejemplar. Sin duda, fue uno de los momentos más emotivos de la gélida mañana de domingo.
Para cerrar el concierto, la banda interpretó Oriente y Occidente, obra del francés Camille Saint-Saëns, escrita originalmente para banda en 1869. Durante esta actuación, otro susto: las vallas que cortaban la calle concejal Sebastián Pérez salieron volando y se arremolinaron a escasos metros de algunos integrantes de la banda.
Después del estruendo y ya para terminar, los músicos dieron el todo por el todo para interpretar de la mejor forma posible a pesar de las inclemencias climatológicas la espectacular Obertura 1812 de Tchaikovsky. Alguna que otra partitura salió volando, pero el resultado fue espectacular. Sin duda, la banda realizó un esfuerzo mayúsculo para poder llevar a cabo un concierto esperadísimo, pues estas partituras han pasado casi dos años dentro de sus carpetas.
Ahora toca renovar repertorio y prepararse para nuevos retos siempre y cuando la pandemia lo permita.