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🍁 viernes 22 noviembre 2024
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La Justicia declara procedente el despido de un trabajador que se negó a recoger lechugas por el viento

Contra viento y marea. Si hay que recoger lechugas la fuerza del viento que sople en ese momento no es una excusa válida para negarse. La Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de la Región de Murcia (TSJRM) ha confirmado la sentencia que declaró procedente el despido de un trabajador agrícola que se negó a cortar lechugas en una finca de cultivos intensivos situada en el término municipal de Yecla al alegarse, el empleado, porque en ese momento el viento soplaba con fuerza.La sentencia del tribunal señala que los hechos que motivaron el cese de la relación laboral se produjo en octubre de 2018, cuando el demandante y el resto de la cuadrilla de la que formaba parte llegaron a la finca y se negaron a prestar sus servicios por el viento.Pese a que los encargados de la empresa intentaron convencerle de que no había motivos para mantener esa actitud e incluso le ofrecieron recolectar las lechugas en el campo y después manipularlas en el almacén, mantuvieron su actitud de no recoger el material agrícola en esas circunstancias. La sentencia, que ahora encuentra el respaldo de la Sala de Lo Social, que debido a ese comportamiento de la cuadrilla la empresa dejó de ingresar 40.000 euros por los pedidos de los clientes que no pudo atender.Así mismo señalaba que el día en que ocurrieron los hechos por los que fue despedido se registraron vientos con una velocidad máxima media de 43 kilómetros por hora y una racha máxima de 75 a las 17 horas.El TSJRM, al confirmar la procedencia del despido, comenta que los vientos no eran de una intensidad suficiente para que hubieran impedido cumplir con su labor.Y concluye que el ahora recurrente ya había sido sancionado con anterioridad en dos ocasiones: una, con amonestación por escrito, y otra, con suspensión de empleo sueldo por quince días.


 

Contra viento y marea. Si hay que recoger lechugas la fuerza del viento que sople en ese momento no es una excusa válida para negarse. La Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de la Región de Murcia (TSJRM) ha confirmado la sentencia que declaró procedente el despido de un trabajador agrícola que se negó a cortar lechugas en una finca de cultivos intensivos situada en el término municipal de Yecla al alegarse, el empleado, porque en ese momento el viento soplaba con fuerza.La sentencia del tribunal señala que los hechos que motivaron el cese de la relación laboral se produjo en octubre de 2018, cuando el demandante y el resto de la cuadrilla de la que formaba parte llegaron a la finca y se negaron a prestar sus servicios por el viento.Pese a que los encargados de la empresa intentaron convencerle de que no había motivos para mantener esa actitud e incluso le ofrecieron recolectar las lechugas en el campo y después manipularlas en el almacén, mantuvieron su actitud de no recoger el material agrícola en esas circunstancias. La sentencia, que ahora encuentra el respaldo de la Sala de Lo Social, que debido a ese comportamiento de la cuadrilla la empresa dejó de ingresar 40.000 euros por los pedidos de los clientes que no pudo atender.Así mismo señalaba que el día en que ocurrieron los hechos por los que fue despedido se registraron vientos con una velocidad máxima media de 43 kilómetros por hora y una racha máxima de 75 a las 17 horas.El TSJRM, al confirmar la procedencia del despido, comenta que los vientos no eran de una intensidad suficiente para que hubieran impedido cumplir con su labor.Y concluye que el ahora recurrente ya había sido sancionado con anterioridad en dos ocasiones: una, con amonestación por escrito, y otra, con suspensión de empleo sueldo por quince días.


 

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6 COMENTARIOS

  1. Viva el funcionariado, nos vamos a enterar esta legislatura el empleo público crecerá en un millón, por los menos, toda clase de enchufismo progre con su pagaita, igual que hicieron em Andalucia, el paro avanzara hasta 5 millones, pero nadie abrira la boca, nos instalaremos a la altura de Venezuela o bolivia y cuando nos tenga a todos idiotizados ya no habra solucion.. Es muy muy triste, pero lo que escribo, esta cada dia mas y mas cerca que ocurra de verdad..

  2. Un modelo agrario de producción capitalista. No importa acabar con los recursos acuíferos, empobrecer la tierra…solo el beneficio.
    Ejemplo, la «sopa verde» del Mar Menor.
    Unas multinacionales agrarias con apoyo del poder político, no han tenido empacho en cargarse un espacio natural como el Mar Menor.
    Con este modelo económico, queda claro que el «centro» de la sociedad no son las personas, es el negocio particular.
    Al parecer el poder judicial, o parte de él, acompaña.
    !!Una vergüenza!! Primero el negocio, las personas…
    Que se las lleve el aire.

  3. Si fuera un funcionario bajo ningún concepto lo puedes echar pero a un recogedor de lechugas ; a ese sí. El corporativismo de los jueces y políticos con el funcionariado da asco. Hablemos dos clases de trabajadores; los que madrugamos y trabajamos en una empresa privada para sacar adelante el país y los funcionarios que trabajan para el Estado o para ayuntamientos ( estos últimos con todos los derechos). Me compadezco de este pobre recogedor de lechugas.

  4. Este es el trabajo que crean las empresas agrarias murcianas instaladas en Yecla. Dicen que crean empleo. Empleo tercermundista. Hay que cerrar el grifo a estas empresas. Que inviertan en I+D+i y otros sectores productivos que crean valor y se dejen de una vez de este sector, que sólo genera situaciones como esta, trabajos temporales que no generan estabilidad a las personas, además de no generar riqueza y prosperidad.

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