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✝️ jueves 28 marzo 2024
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Flamencos, Messi y el cambio climático

Pocos niegan que estemos inmersos en un nuevo cambio global, en esta ocasión, sin precedentes para la humanidad. Es cierto que hemos vivido otros cambios climáticos que nos han traído hambrunas, enfermedades, guerras y que han derivado en crisis sociales, políticas, y económicas, pero como la actual, nunca.  

Este verano, por si alguno tenía dudas, diferentes noticias nos lo vienen a recordar. Unas son alarmantes, evidentes, catastróficas; otras pasan desapercibidas, casi como anécdotas graciosas, pero todas están relacionadas y tienen el mismo origen, el cambio climático. 

Comenzamos el periodo estival con la amenaza de la mayor sequia en Europa de los últimos 2.100 años y, a su vez, con las grandes inundaciones en Alemania y Bélgica que dejaron más de 200 víctimas e incalculables daños materiales. En estos días estamos viendo como los bosques del Mediterráneo oriental están ardiendo con más de 300 focos en activo, o como el aumento del nivel del mar amenaza con inundar nuestras costas. 

Ante la subida de la temperatura del planeta y de los desequilibrios que origina, presenciamos hechos llamativos que nos deberían dar que pensar. Este verano los flamencos han abandonado sus nidos en la laguna malagueña de Fuente de Piedra, algo insólito para los científicos. Algunos años, por la sequia, no los habían hecho, pero en esta ocasión, han abandonado más de 3.000 huevos por la imposibilidad de sacarlos adelante. A su vez, y es en lo que deberíamos fijarnos, han comenzado a buscar nuevas zonas de cría y se han encontrado nidos en la laguna rosa de Torrevieja en Alicante, o en la laguna de Gallocanta en Aragón, o en las Marismas del Odiel donde ha aparecido un tercer núcleo de cría.

Las especies, el planeta, se están adaptando a las nuevas condiciones para sobrevivir. Sin embargo a nosotros nos costará más, porque hemos creado complejas sociedades y mega infraestructuras que queremos salvar a toda costa, pensando que esto será algo pasajero y que con las políticas de mitigación del cambio climático, en las que nos hemos centrado tarde, será suficiente. Es el momento de empezar a discutir cómo nos vamos a adaptar, de pensar qué vamos a sacrificar, de planificar los esfuerzos. Decisiones difíciles de tomar, como supongo que lo sería para los flamencos la de abandonar los nidos. 

Lo malo de nuestra especie, es que hace ya mucho tiempo dejó de mirar por el interés común para centrarse en el interés individual, el de las fronteras artificiales, el del propio ombligo. Por desgracia, los que más posibilidades tienen de adaptarse a las nuevas condiciones son los que han acelerado el problema, los que hasta que las catástrofes no han ocurrido en sus casas las han ignorado viviendo una vida acomodada a costa del planeta y de robar los recursos naturales a terceros países. A su costa han, hemos, acumulado la riqueza y la tecnología que puede salvar a una elite dispuesta a vivir en burbujas artificiales sin contacto con el medio ambiente. Así nos va.

Entre todas estas noticias catastróficas, un rayo de esperanza, al que personalmente llevo mucho tiempo aferrado, ha iluminado el cielo patrio. Hace unos días, sin apenas repercusión mediática, se aprobó, por parte del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, el Plan de Acción de Educación Ambiental para la Sostenibilidad. 

Para muchos es algo insustancial, un brindis al sol, un puñado de bonitas palabras que ante la economía pasarán desapercibidas, pero para mí es el camino que hay que seguir, una nueva forma de entender el mundo, los pilares básicos en los que construir un nuevo modelo. Lento, pero seguro. 

En los objetivos de esta planificación para pasar a la acción se habla de la Educación Ambiental como la herramienta para el cambio social, cultural y económico que la emergencia climática y ambiental requieren; de impulsar la información, la sensibilización y concienciación de la sociedad para aumentar su participación en los procesos de toma de decisiones; y de promover cambios para entender la manera de relacionarnos con nuestro entorno, entre nosotros, y de acelerar la transición ecológica.

Lástima que estas noticias no tengan la repercusión que ha tenido la marcha de Messi. Si Leo informase de la emergencia climática quizás alguno lo escuchase, pero él nunca ha sido un líder, solo el mejor jugador del mundo, pero no un líder. En su despedida podría haber dicho algo así como “ni Bartomeu, ni Laporta, ni Tebas, son responsables de mi salida. La culpa es del cambio climático que nos trajo una pandemia que provocó una crisis económica y que, a su vez, impide que paguen mi millonaria ficha.”. Quizás suene a chiste, o no, quién sabe si lo que estamos viviendo no es un chiste de mal gust

Moises Palmero Aranda
Moises Palmero Aranda
Colaborador de elperiodicodeyecla.com con artículos relacionados con temática natural. Artículos sobre medioambiente.

Pocos niegan que estemos inmersos en un nuevo cambio global, en esta ocasión, sin precedentes para la humanidad. Es cierto que hemos vivido otros cambios climáticos que nos han traído hambrunas, enfermedades, guerras y que han derivado en crisis sociales, políticas, y económicas, pero como la actual, nunca.  

Este verano, por si alguno tenía dudas, diferentes noticias nos lo vienen a recordar. Unas son alarmantes, evidentes, catastróficas; otras pasan desapercibidas, casi como anécdotas graciosas, pero todas están relacionadas y tienen el mismo origen, el cambio climático. 

Comenzamos el periodo estival con la amenaza de la mayor sequia en Europa de los últimos 2.100 años y, a su vez, con las grandes inundaciones en Alemania y Bélgica que dejaron más de 200 víctimas e incalculables daños materiales. En estos días estamos viendo como los bosques del Mediterráneo oriental están ardiendo con más de 300 focos en activo, o como el aumento del nivel del mar amenaza con inundar nuestras costas. 

Ante la subida de la temperatura del planeta y de los desequilibrios que origina, presenciamos hechos llamativos que nos deberían dar que pensar. Este verano los flamencos han abandonado sus nidos en la laguna malagueña de Fuente de Piedra, algo insólito para los científicos. Algunos años, por la sequia, no los habían hecho, pero en esta ocasión, han abandonado más de 3.000 huevos por la imposibilidad de sacarlos adelante. A su vez, y es en lo que deberíamos fijarnos, han comenzado a buscar nuevas zonas de cría y se han encontrado nidos en la laguna rosa de Torrevieja en Alicante, o en la laguna de Gallocanta en Aragón, o en las Marismas del Odiel donde ha aparecido un tercer núcleo de cría.

Las especies, el planeta, se están adaptando a las nuevas condiciones para sobrevivir. Sin embargo a nosotros nos costará más, porque hemos creado complejas sociedades y mega infraestructuras que queremos salvar a toda costa, pensando que esto será algo pasajero y que con las políticas de mitigación del cambio climático, en las que nos hemos centrado tarde, será suficiente. Es el momento de empezar a discutir cómo nos vamos a adaptar, de pensar qué vamos a sacrificar, de planificar los esfuerzos. Decisiones difíciles de tomar, como supongo que lo sería para los flamencos la de abandonar los nidos. 

Lo malo de nuestra especie, es que hace ya mucho tiempo dejó de mirar por el interés común para centrarse en el interés individual, el de las fronteras artificiales, el del propio ombligo. Por desgracia, los que más posibilidades tienen de adaptarse a las nuevas condiciones son los que han acelerado el problema, los que hasta que las catástrofes no han ocurrido en sus casas las han ignorado viviendo una vida acomodada a costa del planeta y de robar los recursos naturales a terceros países. A su costa han, hemos, acumulado la riqueza y la tecnología que puede salvar a una elite dispuesta a vivir en burbujas artificiales sin contacto con el medio ambiente. Así nos va.

Entre todas estas noticias catastróficas, un rayo de esperanza, al que personalmente llevo mucho tiempo aferrado, ha iluminado el cielo patrio. Hace unos días, sin apenas repercusión mediática, se aprobó, por parte del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, el Plan de Acción de Educación Ambiental para la Sostenibilidad. 

Para muchos es algo insustancial, un brindis al sol, un puñado de bonitas palabras que ante la economía pasarán desapercibidas, pero para mí es el camino que hay que seguir, una nueva forma de entender el mundo, los pilares básicos en los que construir un nuevo modelo. Lento, pero seguro. 

En los objetivos de esta planificación para pasar a la acción se habla de la Educación Ambiental como la herramienta para el cambio social, cultural y económico que la emergencia climática y ambiental requieren; de impulsar la información, la sensibilización y concienciación de la sociedad para aumentar su participación en los procesos de toma de decisiones; y de promover cambios para entender la manera de relacionarnos con nuestro entorno, entre nosotros, y de acelerar la transición ecológica.

Lástima que estas noticias no tengan la repercusión que ha tenido la marcha de Messi. Si Leo informase de la emergencia climática quizás alguno lo escuchase, pero él nunca ha sido un líder, solo el mejor jugador del mundo, pero no un líder. En su despedida podría haber dicho algo así como “ni Bartomeu, ni Laporta, ni Tebas, son responsables de mi salida. La culpa es del cambio climático que nos trajo una pandemia que provocó una crisis económica y que, a su vez, impide que paguen mi millonaria ficha.”. Quizás suene a chiste, o no, quién sabe si lo que estamos viviendo no es un chiste de mal gust

Moises Palmero Aranda
Moises Palmero Aranda
Colaborador de elperiodicodeyecla.com con artículos relacionados con temática natural. Artículos sobre medioambiente.
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6 COMENTARIOS

  1. Sr BMYecla . ¿Siempre miseria? ¿y el actual sistema neoliberal no trae miseria? Está claro que algo no funciona, este sistema económico está saturado porque para funcionar necesita crecimiento y hace décadas que se sobrepasaron los límites del crecimiento de un planeta con recursos finitos y estamos empezando a ver sus consecuencias. Y lo del cambio climático, ya está siendo.

  2. Moisés vuelvo a estar muy de acuerdo con lo que dices, solo quise «poner en el centro» el modelo de producción tan depredador con los recursos naturales guiados por el beneficio rápido sin reparar en otras consideraciones de sostenibilidad. Ejemplo, en Yecla se gastan miles de litros de agua para criar unas lechugas que apenas recogen. El agua es un bien escaso.
    No sé como estará el mineral indispensable para la fabricación de móviles, el coltán, las minas del Congo deben estar bastantes esquilmadas. Todo en base a un desarrollo exponencial de consumo.

    Tenemos un papelón por delante de mucho cuidado. De ahí lo de la «transición ecológica» . Entiendo que debe ser el inicio del camino para hacer el planeta sostenible. Un camino con problemas colaterales muy importantes. En todos los frentes.
    ¿Cómo decimos ahora que hay que frenar el consumo y que el beneficio no es lo primero?
    Pero en ello nos va la vida.
    «Cambien las políticas no el clima» decía un cartel en la manifestación de protesta sobre la instalación de una macro-granja en las faldas del Monte Arabí a instancia del grupo El Pozo.

  3. Copernicus, pensamos más o menos igual en el tema del Cambio Climático. Hace falta cambiar el modelo y todo lo que no sea ir todos a una no servirá de nada. Son demasiados ejemplos de barbaridades las que seguimos cometiendo, a pesar de ver las consecuencias, a pesar de que ya las estamos sufriendo. Ayer el informe del IPCC de Naciones Unidas, lo dejó claro, ya no hay vuelta atrás, las politicas de mitigación han llegado tarde y los daños son irreversibles. Ahora toca ver como nos adaptamos a este embrollo, si de forma colectiva (algo improvable vista la crisis del COVID) o de forma individual, por paises (que no servirá para nada porque el planeta es un solo sistema, no entiende de fronteras). Como tu mantengo la esperanza, pero para ser sincero, cada vez menos. No tenemos remedio, no aprendemos de nuestros errores y como señalas, los intereses son muchos .
    Respecto a lo de Messi, era más bien un chascarrillo, de esos que decimos entre risas, pero que tiene parte de razón. Al final el problema, como señalas, es el modelo que prima en el mundo, donde el dinero lo dirige todo. A pesar de las lagrimas, de los sentimientos, es una cuestión economica y cuando no hay, no hay. Si fue el anterior, si es el actual, si el jugador podía haber hecho un esfuerzo o no, son temas para entretenernos, lo principal es que el futbol es el ejemplo de la locura que gobierna nuestras sociedades.

    Gabriel, ese ha sido uno de los problemas del cambio climático, que lo han relacionado con los ecologistas, con los rojos, que llevan decadas señalando las barbaridades, avisando de lo que iba a pasar. Al final por desgracia han tenido razón, por lo menos en esto del cambio climático, ya en otros a lo mejor no tanto.

  4. Gabriel, lo del cambio climático será o no será….pero lo que esta claro que el ser humano ha construido en lugares que después lo ha lamentado pues todo lo arrasó el agua, así una cosa tras otra. Y si los rojos tenéis mucha culpa, antes con Paco no pasaba esto…jajaja
    Y para que te quede claro, ni.rojos, ni fachas, ni centro, ni izquierda…..con quien vivo mejor, a esos les voto…desde luego a los rojos no, mira la historia…siempre miseria!

  5. No puedo estar más de acuerdo con lo manifestado por Moisés. El cambio climático es una evidencia de ahora y de hace tiempo. Al igual que con la pandemia hay intereses que «fabrican» negacionistas.
    Quién no recuerda al estrambótico presidente USA Donald Trump negando el cambio climático. ¿Porqué lo niegan estos mandatarios? Porque no quieren renunciar a sus macros beneficios.
    Solo nos faltaba, pensarán, que se hagan leyes proteccionistas del medio ambiente que reste beneficios. O caso del presidente de Brasil, Bolsonaro, cargándose el bosque tropical del Amazonas por intereses especulativos.
    El modo de producción capitalista que surge después de la caída del feudalismo impulsando una auténtica revolución en lo científico… con grandes inventos que se aplicaron a la producción, llega hasta el punto de producir crisis de sobreproducción donde la «mano invisible» que empuja tal desarrollo es el beneficio individual.
    Este macro desarrollo llega hasta tal punto que convierte el sistema en un auténtico depredador de materias primas muchas no reemplazables y un estrés al planeta insoportable. Entre esas materias primas se encuentra el AGUA POTABLE.

    Como ejemplo al modelo de producción donde el «dios» es el beneficio por encima de criterios ambientales y otros es el siguiente; un medio de comunicación hace apenas una hora informa: «una macro granja generará 20.000 litros diarios de purines junto a un pueblo con el río y acuífero contaminados»

    No estamos hablando de producción de tipo medio más sostenibles, no, macrogranjas que deja más beneficios a costa de contaminarlo todo.
    Con granjas más tradicionales lo mismo el jamón resulta un poco más caro. Si. Pero lo caro de verdad será cuándo nos encontremos todo contaminado, esto si será caro.
    No me gustas ser catastrofista veo interés, como señala Moisés, en aplicar políticas que detengan este cambio climático, esa es mi esperanza y la de todas las personas interesadas en no fundir el planeta, porque unos pocos se quieran hacer multimillonarios.

    Comparto lo de Messi no es un líder gran futbolista pero no llega a tal punto de señalar que su salida del Barcelona es por una pandemia con sus crisis que hizo no poder pagar su ficha, producto del desbocado modelo productivo. El otro futbolista argentino DIOs si fue un líder.
    ¡Se necesita urgente esa transición ecológica, ya!

Moises Palmero Aranda
Moises Palmero Aranda
Colaborador de elperiodicodeyecla.com con artículos relacionados con temática natural. Artículos sobre medioambiente.
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