La Banda de la Asociación de Amigos de la Música de Yecla ultima su concierto extraordinario de Santa Cecilia. Será este domingo, a las 19:30 horas en el Teatro Concha Segura y será especial por muchos motivos.
El primero y principal, porque los nuevos músicos, que fueron recogidos la pasada semana, se estrenarán en concierto con la banda. Francisco Díaz (trompeta), José Ángel Hernández (saxofón), Alejandro Hernández (saxofón), José Jiménez (saxofón), César Ferri (percusión) y Gabriel Muñoz (violonchelo) se vestirán de largo con su traje de músico para disfrutar de su primer concierto.
En segundo lugar, el concierto tiene un aliciente especial, pues la primera parte se engloba dentro de una temática común: el sueño, ese fenómeno extraño y enigmático que ocurre casi misteriosamente mientras dormimos. A tal fin, Ángel Hernández, el director de la banda, ha programado varias obras muy interesantes.
Soñad el mar, para abrir
El concierto comienza con «Soñad el mar«, pasodoble de concierto de Manuel Morales. En verdad, este pasodoble funciona más como overtura que como pasodoble y sus acordes invitan a rememorar las sensaciones e impresiones que despierta el Mar Mediterráneo.
Esta obra fue compuesto en 2017 por encargo de la banda de Rafelbuñol (Valencia). Presenta una estructura más desenvuelta de lo habitual, así como una instrumentación amplia, que requiere de bastantes percusionistas y solistas de corno inglés y trompa.
Sleep, de Eric Whitacre
Tras esta interpretación, llegará el turno de «Sleep» de Eric Whitacre. El compositor norteamericano compuso esta obra para un coro a capella. La abogada y mezzosoprano Julia Armstrong encargó este trabajo coral como regalo a sus padres, recientemente fallecidos. El poema sinfónico resultante fue una joya y su estreno en 2001 fue memorable.
Sin embargo, Whitacre había utilizado un poema de Robert Frost sin haber pedido permiso a la familia para ello. Sus herederos prohibieron cualquier publicación o presentación de la obra hasta que el poema se hiciera de dominio público en 2038.
Whitacre, abatido, veía como una de sus mejores composiciones estaba condenada al olvido. Sin embargo, poco después decidió pedir al poeta Charles Anthony Silvestri una nueva letra para la música que ya había escrito. El resultado fue brillante. Lo que el domingo podremos escuchar es la música que Whitacre escribió para acompañar a ese poema. Por eso, ahora será el público quien tendrá que relajarse, dejarse llevar y poner su propia letra a tan magistral composición.
Estreno mundial gracias a Ecus y Carlo Pirola
Para cerrar esta primera parte, llegará un estreno mundial. El compositor italiano Carlo Pirola, que hasta 2011 ocupó la cátedra de Instrumentación para Banda en la especialidad de Dirección y Composición del Conservatorio Giuseppe Verdi de Milán, presenta «La vida entre el sueño y la realidad».
La empresa yeclana Ecus ha encargado esta obra para su proyecto Senttix. Esta marca, cuyo eslogan es «El buen dormir», pone a las personas y sus pasiones en el centro. El objetivo de la campaña es mejorar la sociedad en la que vivimos fabricando nuevos sueños. Y si hace unos meses sorprendió con la colaboración del reconocido cocinero Martín Berasategui en el proyecto, ahora es la Banda de la Asociación de Amigos de la Música quien se implica con la empresa de colchones para poner la melodía a ese buen dormir.
Y, por fin, alcanzamos nuestro sueño…
Tras el descanso, llegará otro de los momentos más esperados para muchos músicos de la Banda de Yecla. Y es que se interpretará una de esas obras que hasta no hace mucho parecía un imposible. Esas que algunos escuchábamos en la sección de honor del prestigioso certamen internacional de Valencia, soñando, cómo no, con poder interpretarla alguna vez con nuestra banda.
La portentosa sinfonía nº1 de Andrés Valero, «La Vall de la Murta» sonará por fin en el teatro de Yecla. Esta composición, encargada por la Sociedad Musical de Alzira para conmemorar el VI Centenario de la fundación del Monasterio de Santa María e la Murta, se trata de una obra de carácter marcadamente descriptivo, fruto de la honda impresión que la visita al valle causó al compositor valenciano.
El primer movimiento se divide en dos secciones: Les Serres y L’Incendi. Dos son los montes que quedan reflejados, el Cavall Bernat y Les Agulles. El primero de ellos con su aspecto noble y tranquilo, al tiempo que grandioso y solemne, será uno de los elementos más importantes, puesto que parte de su temática musical reaparecerá de forma cíclica en el desarrollo de la obra.
El segundo es altamente contrastante porque su imagen visual (tosca, punzante, ruda, multiforme) resulta radicalmente distinta. Finalmente, se recrea uno de los peores incendios ocurridos en tan singular paraje, el de 1983. Cerramos los ojos y por momentos podemos escuchar al más nefasto de los invitados, el fuego.
El segundo tiempo está inspirado en la verdadera perla arqueológica del valle: el Monestir. La atmósfera inicial de profunda reflexión religiosa, creada gracias al modalismo gregoriano, da paso a la progresiva edificación del no por modesto, menos valioso tesoro histórico. De algún modo este pasaje evoca la evolución desde los primeros núcleos ermitaños hasta el pleno establecimiento de la Orden de San Jerónimo en 1401. Concluye con la reexposición de la imagen sonora de los monjes orando apaciblemente en su claustro.
Dos son también las secciones del tercer y último movimiento. En primer lugar
aparecen, a ritmo de djembés, los temidos Pirates Moros, que con posterioridad a la
dominación musulmana frecuentaban maliciosamente las cercanías a la costa. Con su
marcha suena de nuevo la paz y recogimiento monacal. La segunda sección se abre con
una brillante fanfarria, que indica la llegada del personaje más ilustre que ha visitado el
lugar, Felipe II. Es el año 1586, uno de los momentos de mayor esplendor. Tal es la
fastuosidad del acontecimiento, que para que las carrozas reales accedan al monasterio,
se ha de construir a propósito un nuevo puente, el Pont de Pedra.
En definitiva, una obra majestuosa hecha a la medida de un paraje natural idílico. Por fin, muchos músicos, que allá por el año 2002 y 2003 escuchábamos a bandas tan potentes como la de Alzira o Buñol interpretar esta obra en la plaza de toros de Valencia, podremos hacer realidad nuestro sueño.
Homenaje a la Banda de El Barco de Ávila
Por último, durante el concierto se entregará el Premio Santa Cecilia 2019. La Asociación de Amigos de la Música de Yecla creó este premio para reconocer la labor de cualquier persona, colectivo o entidad pública o privada que trabaje para lograr los fines principales de esta asociación, que son fomentar el conocimiento y disfrute de la música.
En esta edición, el premio recae en la Banda Municipal de El Barco de Ávila. Fundada en 1994, esta banda, dirigida por Alfonso Márquez, nació gracias al apoyo incondicional de la Banda de nuestra ciudad, que durante muchos años estuvo llevando su música al pueblo abulense hermanado con Yecla.
En 2019, la banda de El Barco ha cumplido 25 años y la Asociación de Amigos de la Música ha querido agradecer y reconocer su labor con este importante galardón.
Y también estará la Confederación
Asimismo, la Confederación Española de Sociedades Musicales realiza este fin de semana en la escuela de música de Yecla su XXVI Asamblea General Ordinaria. Las actividades de la Confederación tendrán lugar el sábado, 30 de noviembre.
A las 15:30 horas tendrá lugar la asamblea general de este colectivo y a las 17:40 horas tendrá lugar el Encuentro de Mujeres Músicos, donde habrá dos mesas redondas sobre gobernanza y batutas en femenino.
Toda la información sobre el encuentro de la Confederación, en este enlace.
Bota bota, mi pelota…. Ni sectario el escribano de la presente. A ver si hablas igual de bien y tan pormenorizadamente de todo proyecto cultural, incluido el apartado musical, de tu pueblo